Inicios
El día de mi primera comunión me regalaron mi primera cámara de fotos. Era sencilla, pero para mí fue un regalo muy especial. Desde el principio ahorraba para comprar un rollito y revelar las fotos. ¡Qué emoción sentía
al verlas! Hoy siento esa misma emoción al ver el resultado de mi trabajo.
Ya de adulta, los primeros que confiaron en mí fueron mis tres compadres amados: Celestino explicándome todo lo que sabía de fotografía (aunque era médico también le encantaba), José Antonio que fue el primero
en comprarse una cámara digital y me la prestaba de manera indefinida (yo la tenía más tiempo que él) e Ivan que me ayudó comprándome mi primera cámara digital profesional. A ellos mis infinitas gracias y mi cariño
eterno.
Luego mis maestros pacientes y amorosos fueron mis queridos Bibi, Pucho, Julio y Raffa. Gracias por la paciencia y por responderme miles de preguntas y apoyarme siempre.
Hoy le agradezco a Dios por trabajar con gente valiosísima y maravillosa, Mónica, Reyna, Sara, Leo y mi comadre amada Angie.
En el camino me fui convirtiendo en maestra y tutora de algunos jóvenes fotógrafos, quienes dejaron una huella también en mí. Mace y Téber desde aquí les mando muchas bendiciones.
No puedo dejar de agradecer a mi querido sobrino Omar quien puso en mis manos la cámara con la que trabajo actualmente y que puedo definir como mi cámara soñada. Ni puedo dejar de recordar especialemte a mi
amigo Mike quien ahora está en el cielo viendo como disfruto y aprovecho las luces que me regaló.
Pero el apoyo más grande siempre lo he recibido de mi familia, sobre todo de Julio que ha sido quien siempre ha creído en mí y mis hijos que son mis modelos favoritos y que desde niños fueron mis ayudantes
en muchos eventos, además que gracias a ellos yo también salgo en las fotos.